Autorretrato
La característica esencial del
trastorno límite de la personalidad es un patrón general de inestabilidad en
las relaciones interpersonales, la auto-imagen y la afectividad, y una notable
impulsividad que comienza al principio de la edad adulta (adolescencia) y se da
en diversos contextos.
Los sujetos con este trastorno
pueden llegar a realizar frenéticos esfuerzos para evitar un
abandono real o imaginario. Son
muy sensibles a las circunstancias ambientales. La percepción de una inminente
separación, rechazo o la pérdida de la estructura externa, pueden ocasionar
cambios profundos en la auto-imagen, afectividad, cognición y comportamiento.
Presentan cambios bruscos y
dramáticos de la auto-imagen, caracterizados por cambios de objetivos, valores
y aspiraciones personales o profesionales. Se aburren con facilidad y están
buscando siempre algo que hacer.
El estado de ánimo básico de tipo
disfórico de los sujetos con un trastorno límite de la personalidad, suele ser
interrumpido por períodos de ira, angustia o desesperación y son raras las ocasiones en las que un
estado de bienestar o satisfacción llega a tomar el relevo.
En ésta pintura solicité que se
hicieran un auto-retrato. Ésta paciente de 25 años no lograba reconocer su
rostro en el espejo (he de decir que era de una belleza extraordinaria). Su
angustia radicaba esencialmente en “no saber quien era”. Vivía en un mundo
imaginario, a veces ideal otras terrorífico, al que iba y venía como una pelota
de ping-pong.
Tras un año de tratamiento en
Hospital de Día, salió bastante estabilizada. Un año después me la encontré por
la calle, me comentó que encontró un trabajo y se la veía más serena. No he
vuelto a saber de ella desde hace 3 años.
Paisaje emocional